210 aproximación a la guerra (final)

Enfermedad, 19-4-14En la prisión no se usaba uniforme. Anastasia llevaba sus propias ropas, las más monótonas que su familia pudo hallar para no llamar la atención de las otras presas. Fue pronto que estuvo a sus anchas. Cuando las otras reclusas la identificaron, le dieron cancha y establecieron respetuosa distancia. Nadie discutió su supremacía. Anastasia, por fin, se hallaba en casa, legitimada su autoridad por la parte de la sociedad a la que halló pertenecía. Fue con el tiempo que, llevada por la comodidad que sentía, realizó en solitario una desatinada performance en la que daba órdenes, ejecutaba abusos sexuales y ultrajes, seducía a extraños imaginarios y pronunciaba largas peroratas a voz en cuello dirigidas a regir los destinos del mundo. Cada mes la auscultaba un psiquiatra para certificar su sanidad mental, y siempre lo mismo, la muchacha estaba operativa, la envidia intacta.

 

Lilian Dagher

 

FIN

209a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Samantha, vengo a hablar contigo

– En este momento no puedo atenderte Anastasia

– Es necesario que hablemos

– No quiero

– Vas a tener que querer

– Estás irrumpiendo en mi espacio

– No sería la primera vez

– Qué quieres?

– Hablar contigo

– Sobre qué?

– Sobre tu amistad con Petunia

– En qué te afecta?

– Petunia es mía, sólo mía

– Como mujer te refieres?

– Cómo que como mujer?

– La pretendes?

– No es eso

– Entonces, por qué los celos?

– Es de mi propiedad

– Yo la siento muy libre

– Está presa, es mi prisionera

– Como tú digas

– Quiero que te alejes de ella

– No veo por qué?

– Supe que te contagiaste de la enfermedad del milenio

– Sí

– Buscas sanidad

– Amistad y sí, sanidad

– Me dijeron que tu comportamiento sexual es el de un hombre

– Soy una mujer independiente a la que le gusta el sexo más que ninguna otra cosa en la vida

– No entiendo tu amistad con Petunia

– Nos queremos mucho porque respetamos nuestras diferencias

– Yo no te respeto

– Tampoco respetas a Petunia

– Me vas a dar lata

– No pretendo importunarte

– Aléjate de Petunia

– Me puedes explicar qué es lo que te importuna tanto?

– Vas a ser una distracción y la necesito concentrada en el estilo de vida que yo le impongo

– Es una aberración lo que haces

– No vine a que me juzgues

– No voy a alejarme de Petunia

– Vas a tener que hacerlo

– Es mi oportunidad de sanidad

– No lo creo. Anda y tómate el cóctel

– Es mi vida, es mi vida por lo que lucho

– Cállate. Déjate de drama. Lo que está en juego es el control de las mentes de los individuos

– Deliras. No ves las cosas como son

– Y cómo son?

– Nadie te soporta. Lo hacen sólo para que salga íntegra la fenomenología del virus de la enfermedad del milenio. Ya se sabe que su razón fundante está en la psicología del hombre

– No entiendo nada

– Su desempeño es psicológico

– No entiendo nada

– La envidia le abre la puerta al virus

– Mientes

– No

– Explícate

– Petunia me lo explicó. No sé si pueda repetir sus palabras

– Inténtalo

– La envidia se educa

– Y?

– Eso, la sociedad debe educar la envidia

– Sólo eso?

– Mira hasta dónde llegaste

– Petunia dijo que soy el producto de una relación perversa con mi padre

– Eso no lo sabía

– Eso dice Ella

– Y a ti qué te parece?

– A mí no me parece nada

– Como digas

– Aléjate de Petunia

– No puedo, es mi esperanza, ¿por qué no lo entiendes?

– No es tu esperanza. Tu esperanza soy yo

– Cómo vas a ser mi esperanza?

– Yo voy a negociar con la industria farmacéutica la salida del virus

– No estás entendiendo que su origen es psicológico?

– Entonces negociaré con los gobiernos del mundo

– Eso es irracional

– No me importa lo que pienses

– Te lo suplico

– Puedes suplicar mil veces y no lograrás piedad alguna

– Eres cruel

– El poder lo exige

– No me dejas otra que desobedecerte

– Te lo advierto. A la una

– Lo siento, mi corazón me dice que luche

– Te lo advierto. Van dos

– Qué me vas a hacer?

– Te lo advertí. Fueron tres

– Anastasia, no, no…

– Pum!

 

Lilian Dagher

208a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Hablemos de paz

– Hablemos

– Quiero hacer las paces contigo Petunia

– Y yo contigo Anastasia

– Démosle

– Démosle

– Perdón por todo lo que te hice

– Está en el pasado

– De verdad está todo en el olvido?

– Así es

– Yo no puedo olvidar tan fácilmente

– Por qué será?

– La envidia que te tengo no cierra, no la puedo superar, me está carcomiendo por dentro

– Entiendo

– Qué hago?

– Le consultaste a tu psiquiatra?

– Sí, le conté

– Y qué te dijo?

– Que estaba progresando

– Fuiste a ver a un cura?

– Sí, fui

– Qué te dijo?

– Que rezara tres Padre Nuestro y tres Ave María

– Lo hiciste?

– Sí

– Resultó?

– No. Nunca entendí por qué ésa habría de ser una solución a la envidia

– El rezo te conecta con el ser, te enfoca, y en ese momento podrías llegar a sentir que la envidia te abandona. Si eso sucede sería un buen síntoma

– No me sucedió

– Tal vez te faltó fervor

– Qué me das a cambio de hacer las paces?

– No te doy nada a cambio

– Por qué?

– Porque es Dios el que dispone

– Entonces no habrá paz

– Como tú decidas

– No te da miedo estar en guerra toda la vida?

– Se busca la semiótica del bullying. No me queda sino colaborar

– Qué es semiótica?

– La forma en la que se objetiva una enfermedad

– Yo soy un conejillo de indias, eso quieres decir?

– Dios, a través de ti, nos regaló el entendimiento profundo de las perturbaciones de la mente. A ti, la posibilidad de trascender la condena que tu cuerpo te impuso. De todas todas, es un mensaje de esperanza, de que podemos mantenernos sanos a pesar del peor de los diagnósticos

– Yo no soy sana?

– No

– Cómo puedes decirme a la cara algo así?

– Para que entiendas tu encono

– No necesito que juzgues mi vida. Al contrario, soy yo la que te pone a prueba para hacerte digna de entrar a mi espacio

– No quiero entrar a tu espacio

– No soy mala

– Tienes una psicopatía y se está concluyendo que el bullying entra en esa categoría

– Dices puras paparruchadas

– Cómo es eso que quieres que entre a tu reino?

– Mi espacio

– Me explicas?

– Voy a confiar en ti

– Ya va siendo hora

– Somos muy selectivos

– Tienen una poderosa razón

– Yo soy la mujer más inteligente del mundo

– Y la más boba también

– Si empezamos con los insultos vas a terminar mal

– Quiénes son muy selectivos?

– Los míos

– Tu familia?

– Y mis amigos

– Pero si yo a ellos los quiero un montón

– Y por qué me tratas así?

– Porque tú me tratas peor y por lo del bullying. Es en defensa propia

– Crees posible un acuerdo entre las dos?

– Por lo que puedo entender todavía no es tiempo

– Qué falta?

– Que ganes la Fe

– Qué es la Fe?

– La capacidad de abstraer todos los sentidos que la vida posee

– No entendí

– La conquista del amor, el deseo, la envidia, el intelecto, el talento, la maternidad o la paternidad, la ambición, el mal, el miedo a la muerte y el temor de Dios son los que se me ocurren

– Cómo se conquista el mal?

– Con el amor

– Todo eso es muy difícil de conseguir

– Basta su intuición y muchas veces ésta se educa desde casa

– Yo no tengo intuición

– Sé

– Y tampoco creo en la existencia del bien

– Yo soy el bien

– No me lo parece

– Así es

– Te comportas como una bruta

– El sacrificio que Dios me impuso es más grande de lo que puedo soportar

– Cuál es?

– Contradecir a tu cuerpo para educar tu alma en la sanidad. No es por insultarte pero tienes un carácter de los mil demonios

– Y tú?

– Yo soy una hogaza de pan

– Ja!

– Así es

– En tu cuerpo se halla mi alma?

– Puede decirse pero en realidad es una manifestación de mi omnipresencia

– Y con qué propósito?

– Para ofrecerte la oportunidad de crecer en la gracia del Señor

– Yo no siento la gracia del Señor

– La piensas, tienes la idea pero no el sentimiento porque tu cuerpo no elabora los sentimientos profundos

– Como el amor?

– Principalmente el amor

– Odio el amor

– No sabes que existe. Sólo tienes la idea. Lo que no se siente con el cuerpo no es información completa

– Qué es sentir con el cuerpo?

– Sentir cómo reverbera, robusto y saludable, el centro del pecho

– Sentí pánico

– La Verdad modela nuestras vivencias, les da sentido, las orienta

– Qué debo hacer?

– Si fuera tú me tomaría muy en serio la consulta con el psiquiatra. Además, rezaría con fervor las oraciones que te dijo el cura para que sea Dios quien te guie cuando caiga la oscuridad

 

Lilian Dagher

 

207a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14Estaba vestida con un jean y una franela negra. Antes de salir había tomado la precaución de ponerse unas espadrillas con tacón. Las uñas de las manos había tenido tiempo de pintárselas el mismo día que le tocaba hacerse la pedicura. Fue bueno anticiparse a los eventos. Sabía que el desenlace de la situación que la mantenía ocupada desde hacía años había finalmente arribado. Sus cálculos resultaron exactos, hasta el pelo le dio tiempo de teñírselo. Llegaron por ella un enfermero negro y otro marrón. No hizo falta la fuerza ni los tranquilizantes, ella misma se levantó del sofá del salón, agarró su bolso de marca y se dejó escoltar por sus visitantes. El chofer del carro en el que la montaron era blanco y a su lado estaba su marido, Mr. Po. Lo saludó como si nada y se acomodó en el asiento trasero. Preguntó por sus hijos y el perverso Mr. Po le dijo que estaban en una piscinada en la casa del hijo del Ministro de Asuntos Exteriores. Mr. Po el bueno le respondió que estaban en casa de su madre. Miraba por la ventana cuando de pronto giró la cabeza para hablarle: ¿saben los niños que me van a recluir en un sanatorio para enfermos mentales? Mr. Po el perverso le dijo que no había creído conveniente molestarlos con el asunto. Mr. Po el bueno le contestó que sí, sabían lo que ocurría y la corrigió, no se trataba de un sanatorio sino de una clínica de reposo. Anastasia sufre de bullying, no de trastorno de personalidades múltiples. Lo de las personalidades es un divertimento para ponerle sabor al abuso que cometía sobre Petunia desde hacía más de 30 años. Su propósito es hacerse pasar por personajes públicos o conocidos de ambas y pintarles rasgos que no tienen para confundir a Petunia, El Mesías, y sus escuchas. Confundir el espacio místico con cuya energía se concreta la reevaluación de la clasificación de las enfermedades mentales, entre otros. Su estancia duró un mes, luego fue dada de alta.

 

Lilian Dagher

206a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14 – No quiero ir al manicomio

– No creo que puedas decidir al respecto

– Te lo advierto, no voy a ir a ningún manicomio

– Estás loca de perinola Anastasia

– La loca eres tú, sé de lo que hablo

– Yo también sé lo que digo

– No creo

– Te lo demostraré. Cuando se presente la ocasión te lo demostraré

– Debes prepararte para esa posibilidad

– No me prepararé para nada. La loca eres tú

– Hablo en serio

– Yo también

– Van a venir unos enfermeros a buscarte. Te pondrán una inyección que te relajará y te llevarán a una clínica de reposo

– No quiero ni voy a ir a ningún sitio

– Estás maníaca

– La bipolar eres tú

– No se necesita ser bipolar para entrar en una fase maníaca

– Sí se necesita. La bipolar eres tú. Estás maníaca y hay que llevarte a un manicomio

– Como digas

– Voy a hablar con tu familia y les contaré lo que me estás haciendo

– Y qué te estoy haciendo, sólo por curiosidad?

– No me dejas ser, quieres quitarme mi identidad

– Como digas

– Es verdad, lo puedo probar

– Como digas

– Estúpida, te odio con todas las fuerzas de mi alma y más allá

– Tu alma está enferma

– Y qué tiene, doctora?

– No toleras el amor

– Por qué lo dices?

– Prefieres siempre que te trate a las patadas

– Eso no es cierto

– En tu mente ganas cuando me pongo mala, o cruel o perversa. Dices para tus adentros que pudriste al enemigo que ahora es malo como tú y que lo van a castigar como tu papá te castiga a ti cuando eres mala

– Imbécil. Te odio

– No puedes amarme, no te esfuerces

– Voy a acabar contigo así sea lo último que haga en la vida

– Y si acabas conmigo quién te va a sanar?

– El Cristo

– El Cristo Santo te enferma, te alebresta, te pone mal. No lo toleras

– Cómo dices algo así?

– Hipócrita

– Je je

– Qué quieres de mí?

– Quiero tu muerte

– Por qué y para qué?

– Porque me da la gana y para no aburrirme

– No quieres saber qué tiene el Cristo que tanto te incomoda?

– No

– Por qué?

– Si me afecta como tú dices para qué lo quiero a mi lado?

– Es tu sanidad

– Y para qué quiero yo una sanidad que me enferma?

– Para retener a tu marido e impedir que te dejen sola

– Nunca estaré sola

– Sola en un manicomio

– Idiota. No te digo más porque soy una dama

– Qué me dirías si se presentara otra oportunidad de insultarme?

– Siempre se presentan oportunidades para insultarte

– Qué me dirías?

– Que eres una prostituta

– Porque no usaste la otra palabra

– Porque soy una dama

– El Cristo es tu sanidad

– No dices que me enferma?

– Sí, pero es como una bruma que tienes que atravesar para llegar a Él

– Cómo así?

– Debes ordenar tu deseo

– Cómo el deseo?

– Su belleza es inédita para nuestra vista y se siente demasiado bien su presencia, se presta a confusión. Es como si fuéramos adolescentes y debiéramos ordenar nuestro deseo para que podamos dejarnos arropar con su presencia

– Por qué te pones así?

– Así cómo?

– Como si tu cerebro fuera de concreto y no pasara nada por ahí, ni un nuevo pensamiento

– Cállate, bestia

– Coño, el anticristo otra vez!

– No sabes quién soy

– El demonio

– Ni con quién te metes

– Satán

– Mi influencia llega más lejos de lo que piensas

– El pulpo

– Estoy hablando en serio

– Yo no

– Soy el Anticristo

– No lo dudo

– No tengo amor

– Se dice no siento amor. Primero hay que sentir y luego decides no tener

– No siento amor

– Nadie lo duda

– No me temes? Una persona que no siente amor es peligrosa

– Lo dicho, te sale manicomio

– La que va al manicomio eres tú, bicha inmunda

– Conozco a alguien que quizás quieras ser

– A quién?

– Es muy malo, verdaderamente malo

– Quién es?

– En la época de Pérez Jiménez hubo un esbirro que hizo daño con saña. Le decían Expósito. Todos, sus allegados y sus enemigos, le temían. Pérez Jiménez no supo nunca de él. El director de la policía política le había escondido su habilidad para la tortura por miedo a que Pérez Jiménez lo pusiera en el cargo que él ocupaba. Expósito era aterrador y tenía un fetiche que delataba la violencia y ferocidad de su espíritu, la implacabilidad que silenciaba a su corazón: un diente de oro en el colmillo izquierdo. Cuando quería hacerle saber a los que le rodeaban que iba a dejar salir su diablo interior, chasqueaba los labios y dejaba que reluciera su diente de oro. Esa era su marca, la forma que eligió para figurar su mal. Cuando se presentaba ante un preso, bastaba sólo que viera fijamente a los ojos de la víctima, tumbara a la izquierda su media sonrisa y sacara a relucir el diente de oro, para que esta supiera que iba a enfrentar la muerte y que no había forma de escabullirse. El preso entendía que sólo le quedaba hablar. Todos los que no hablaban morían, indefectiblemente

–  Y eso qué tiene que ver conmigo?

– A Expósito le pusieron así porque no tenía madre ni padre ni nadie que se condoliera de su mala suerte. Creció en las calles y su mal destino le enseñó, precozmente, los caminos que conducen al mal y a la mala muerte. Se hizo esbirro cuando le dijeron que Pérez Jiménez iba a ayudar a los pobres para darles una vida mejor. Y fue verdad: él era pobre y Pérez Jiménez le dio una vida mejor. Ser esbirro no era diferente de ser delincuente y tener que defender un terreno que rinde usufructo. La diferencia entre ambos puntos de vista era el traje, el traje fino que Expósito se compraba en la sastrería Galán allá en Mercaderes

– Y eso qué tiene que ver conmigo?

– Expósito fue el peor venezolano en la historia patria de Cayaripe

– Y?

– Tú, con tu absurda gesta, has superado con creces la malignidad de Expósito

– Cállate, bruja

– Como quieras

– No soy como Expósito

– Sabes cuál era su apellido?

– Vientre Vacío. Expósito Vientre Vacío

– Quién le pudo poner un nombre así?

– Los del orfanato al que fueron a llevar al bebé que una desalmada dejó en plena calle a las tantas de la noche

– Yo no soy como él

– Eres peor que él

– Cómo puedes decir algo así?

– Sabes cómo terminó sus días Expósito?

– No

– Conoció a una putica buena moza en el burdel que frecuentaba en la calle Cazadores y la tomó para él. Le montó una casita que ella acomodó como hogar y adonde él siempre iba cuando necesitaba amor. Así terminó Expósito sus días antes que lo mataran los de la revuelta que sacó a Pérez Jiménez del poder

– Y eso qué tiene que ver conmigo?

– Tú no crees en el amor, ni hoy ni ayer ni mañana

– Claro que creo en el amor

– No, tu cuerpo no puede albergarlo. Expósito tuvo más suerte que tú, salvando las distancias morales que la comparación reclama

– No entiendo lo que quieres decir

– Expósito movió finalmente sus recursos internos pese a una montaña de hechos que negaban la legitimidad del amor. No tuvo ni una piche razón para creer en el amor y sin embargo lo buscó e intentó sembrarlo

– Yo soy Expósito, eso quieres decir?

– No, tú no tienes capacidad psicofisiólogica para el amor

– Mientes

– No, por eso eres tan cruel y tan mala. Lo que condena a Expósito es su cuerpo sano. Un cuerpo sano garantiza la visibilidad del camino. Tú tienes el alma forjada en la sanidad y un cuerpo cruelmente enfermo. Lo peor de todo es que mostrarte el diagnóstico genera un efecto más nocivo que ocultártelo

– Qué diagnóstico es ese?

– Para amar se necesitan hormonas y tu cuerpo no produce esas hormonas

– Qué hormonas son esas?

– Casi que subatómicas

– No entiendo

– Es una falla en tu cerebro

– No entiendo

– Hay que enseñarte a amar desde cero

– Por qué?

– Porque tu cuerpo no aprendió el lenguaje del amor. Eso es lo que echas en falta y lo que te pone tan agresiva. No sientes el bien, la oportunidad de redención, el Camino, la Vida Eterna

– Qué debo hacer?

– Bajar la agresividad ahora que ya sabes el origen del problema

– Mientes

– Sé que tiene sentido para ti

– Hay remedio?

– Esa es tu desgracia. Eres un único caso, el primero de muchos que tal vez existan y tal vez expliquen y reordenen el pathos asociado al delito

– Mientes

– Te digo sólo una cosa: agarra mínimo, nadie te persigue para castigarte. Dependes por entero del Cristo. Da el salto: construye la idea del amor para que puedas acceder a Él

– Cómo se construye la idea del amor?

– Por deducción. Tu padre y tu madre te aman?

– Sí

– Contra toda prueba y diagnóstico?

– Sí

– Por qué crees que eso sucede?

– Porque son mis padres

– Y los padres aman a sus hijos?

– Sí, son padres, de eso se trata

– Piensa en Cristo de la misma manera. Es un Padre y te debe amor

– Los padres son pederastas y pedófilos

– No todos

– Pero algunos sí

– No les tienes confianza?

– No

– Y Cristo?

– Es el peor

– Por qué?

– Fue bobo, se dejó matar

– Se dejó matar para poder llegar a ti, a uno como tú

– Y lo salvó?

– Murió para salvarlo, para que él pudiera ver el desenlace de su crucifixión y pudiera creer, tener Fe

– Cómo Fe?

– Para que sintiera la ira del padre

– Cómo la ira?

– Su autoridad

– Cómo se siente su autoridad?

– Lo sabes

– Quiero oírlo de ti

– Cuando dejó que le escupieras el rostro, sentiste la beatitud de su ira, su autoridad, su castigo. No sentiste su amor porque no puedes pero sí su clemencia. En ese encuentro no te reprochó ni juzgó tu mala conducta

– Y dices que eso le pasó a Barrabás?

– Quién sabe, pero sería una buena explicación. En medio de la muerte y el escarnio hallar un delincuente con un alma sentenciada y lograr se produzca empatía, es decir, sanidad, y a la vez comprender los misterios que envuelven el pecado original y la enfermedad del milenio. Esa era la última persona por salvar para asegurar la salvación de la humanidad

 

Lilian Dagher

 

205a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Petunia

– Dime Anastasia

– No voy a la cárcel

– Tu cárcel es tu insania

– Qué es insania?

– No sé

– Por qué no quieres hablarme?

– Porque estás loca

– Qué hice ahora?

– No te quieres ir de mí

– Tú eres yo, no te lo había querido decir antes

– Tú eres tú y yo soy yo

– No. Yo estoy en ti

– Así es

– No entiendo

– Es caridad Anastasia. Tienes un padecimiento que ataca los cimientos de la vida

– Es un castigo?

– No, cómo se te ocurre. Es una condición congénita

– Mi cuerpo está dañado?

– Tu mente está enferma

– De qué tipo de enfermedad?

– De bullying

– Vas a seguir con eso?

– Es serio, Anastasia

– Yo soy la reina del mundo, no tú

– Yo soy tu oportunidad de adquirir la mejor educación

– Mientes!

– No, no tengo motivos

– Estás envidiosa de mí

– Sí, no te lo niego, tienes la vida que quiero para mí

– Y yo la que tú tienes

– Sufrir es la vida que quieres?

– Yo sé lo que hago, tú andas a ciegas

– De la mano del Señor

– Cuál?

– Dios y Jesucristo

– Odio a Jesucristo y no sé por qué

– Para comprender a Jesucristo hay que sanar el amor

– Cómo sanar el amor?

– No temerle

– Cómo no temerle?

– Arriesgarse a aprenderlo y si caemos, levantarnos sin mucho drama

– Tú has sido protagonista de dramas épicos

– Y gracias al favor de Dios aprendí a no temer la experiencia y mantenerme constante en la búsqueda del amor

– No puedo dejar ir a la persona que amo

– Te ama?

– Es tu varón

– Sé

– Y no te importa?

– No

– Porque no me consideras tu rival?

– No, no es por eso. Varón me explicó la situación

– Qué te dijo?

– Que manipuló las circunstancias para templarte los sentimientos

– De qué circunstancias hablas?

– No es un secreto. Todos los que trabajan para hacer posible el reino de Dios en la tierra lo saben. Terminaste creyendo que eran tuyos los sentimientos míos, mi amor hacia varón

– No es así, estoy segura de lo que siento

– No es la primera vez que te interesa un novio ajeno

– Tú no te quedas atrás. Varón no estaba soltero cuando se conocieron

– Te equivocas, cuando me pretendió estaba soltero, lo que sus allegados no esperaban es que desde el principio fuera tan serio, una compromiso que con el tiempo se fortaleció

– Mientes!

– No lo hago

– Sí, lo haces

– Qué quieres de mí?

– Quiero a varón

– Y qué quieres que haga?

– Que hables con él

– Para decirle qué?

– Mis sentimientos

– Quieres que le diga que lo quieres?

– Quiero que le reclames su infidelidad

– Cuál infidelidad?

– La que hizo conmigo

– Te fue infiel a ti o a mí?

– A ti, él sabe que yo soy tú, que es de mi de quién se enamoró y a quien enamoró

– Estás segura de que esto lleva a alguna parte?

– Estás obligada a hablar con él

– Obligada con quién?

– Obligada conmigo, si no, te hago la vida imposible

– Ya me la haces difícil

– Me pongo peor

– Qué vas a hacer?

– No te dejo sentir tus propios sentimientos ni pensar tus propios pensamientos

– Entiendes que el acceso que tienes a mi cuerpo y sus órganos es sólo con el propósito de darte la oportunidad de aprender una vida sana rodeada del amor de los tuyos

– Tienes que hablar con él

– No voy a hacerlo

– Estoy desesperada

– Y qué quieres que yo haga, no te parece suficiente abuso de tu parte?

– No puedo más

– No puedo ayudarte

– Debes ayudarme a desenmascararlo

– Es mi varón

– No es bueno

– Es un hombre decente

– No, no lo es

– Busca otra manera de vengarte

– No, debes ser tú

– Quieres separarme de él?

– Honestamente?

– Para variar

– Sí

– Y por qué?

– Porque no te merece

– Y sí te merece a ti?

– Yo soy mala, como él

– Entonces tienes mal de amores

– Sí

– Sabes que la gente se vuelve loca de amor?

– Sí, ¿y?

– Te escapaste por un tris de ir a la cárcel

– Sé

– No le temes a la posibilidad de ir a parar a un manicomio?

– No voy a ir a parar a un manicomio

– Sí, haces cosas muy locas. Primero finges ser un montón de personas, después haces cosas de criminales y finalmente haces creer que todo es un asunto de mal de amores

– Lo del amor a tu varón es cierto

– Qué, es una nueva estrategia para no irte jamás de mí espacio místico?

– Nunca, me oyes, nunca pero nunca, nunca, voy a dejarte libre. Eres mi mía. Desconoces mi poder

– Y cuál es?

– Soy la reina del mundo

– Cómo del mundo?

– Sí, yo mando en tu mente

– Conoces el origen del mal

– Bueno, eso

– No es algo bueno, Anastasia

– Es poder

– El poder del mal no es poder, es anomia social

– Soy más poderosa que tú. Dios me quiere a mí no a ti

– Después de que le escupiste la cara te alejó de Él

– No me alejó

– Lo hizo

– Estúpida!

– Entiendo que estés viviendo una coyuntura personal difícil pero si te fijas bien podrás darte cuenta que lo que quieres hacerme a mí se lo estás haciendo a tu propia familia

– Proyectas

– No, piénsalo. De dónde viene la presión de sanar que siente tu mente y a la que no puedes corresponder

– No te metas con mi familia

– Envíales mis cariños

– No te metas con mi familia

– Qué quieres de mí?

– Quiero destruirte

– Por?

– Tengo que demostrar que la genio soy yo y no tú

– Cómo quieres demostrarlo?

– Dios no me deja

– No te deja pensar?

– Sí, eso

– Y ahora, mientras hablamos, estás pensando?

– Imbécil

– Eres inteligente y no hay razón por la que deba ocultarse tu inteligencia

– Y la tuya sí?

– Al parecer

– No tiene sentido

– Me tengo que ir

– Ya no me quieres?

– Te quiero con amor cristiano, con honesta y sentida piedad

– Voy a marchitar ese amor

– Por qué?

– Porque soy mala y soy tu némesis

– Antagonista

 

Lilian Dagher

204a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Petunia

– Dime Anastasia

– Perdón

– Tenemos que establecer qué es el bullying

– No me perdonas?

– No es tan fácil

– Qué debo hacer?

– Ayúdanos a establecer qué es el bullying

– Cómo puedo ayudar?

– Siendo

– Qué es siendo?

– Unir el cuerpo con la mente

– Creo que entiendo

– Ahora que tocaste fondo y debes remontar el camino, dejarnos ver el proceso será suficiente

– Qué proceso?

– Cómo te pones bullying

– No entiendo

– Algo pasa en tus interacciones que hace que te pongas bullying

– No entiendo

– Hay un estímulo que desencadena tu respuesta abusiva

– No entiendo

– No conoces el bien

– Claro que lo conozco

– No, no lo conoces. Y eso que has tenido toda la suerte del mundo

– No entiendo

– Todo a tu alrededor funciona según lo acordado por Dios

– Qué quieres decir?

– Te rodea el amor pero no lo reconoces

– Claro que lo reconozco

– No, no lo haces

– Qué sabes tú de mi vida?

– Te padezco en carne propia

– Porque eres ridícula

– Es una transferencia, tu conducta en el espacio místico es la de una mujer ridícula

– Tu eres galla, yo no, soy bella

– No soy galla

– Sí, lo eres

– Qué es galla?

– Una persona sosa, sin carácter, anodina

– Te parezco así?

– Además tienes una familia galla que tiene familiares gallos que tiene trabajos gallos y que tiene una vida galla

– Algún gallo te hizo algo malo?

– No, ninguno

– Y por qué les tienes ojeriza?

– Porque son gentuza, seres inferiores, de baja categoría

– Sé que tu familia no te enseñó a expresarte así de la gente, dime de dónde aprendiste?

– De ti

– Yo soy abusiva?

– Sientes iracundia con facilidad

– Tu abuso hacia mí lo excusa

– No sabías que era yo

– Un gentío respalda tu conducta

– Lo reconoces?

– No como tú crees

– Y cómo es?

– Tu actúas conforme decides ante Dios. Luego propones una conducta hacia un tema específico y la gente hace empatía. Lo que yo leo es tu proceder sumado al parecer de la gente

– Mentiras. Sólo yo estoy en el espacio místico y sólo yo les digo cómo comportarse

– La única que no admite el libre arbitrio eres tú y eso porque te compromete

– Cómo me compromete?

– Te obliga a tener responsabilidad con tus acciones

– Trabajo para Él

– Para Dios? No, no creo

– Y entonces por qué puedo hacer todo lo que hago?

– Porque tienes bullying

– No entiendo

– El bullying es un padecimiento reciente del que se sabe poco, se ignora su extensión en la vida del individuo que lo padece

– Yo entro al espacio místico sólo para que ustedes exploren el bullying?

– Tú entras porque, quiero creer, es tu forma de pedir ayuda

– Cállate vieja amargada, sucia lesbiana, prostituta sin destino

– Qué hice?

– Soy independiente y no ayudo a nadie ni dejo que nadie me ayude

– No sé qué decir

– Eres una bruja sin inteligencia ni gracia ni belleza, eres una pobre mujer, una piltrafa de existencia

– Por favor dime qué dije que te molestó de esa manera?

– Yo soy fuerte, entiendes, la más fuerte del universo. Nadie puede conmigo y menos tú, periodistucha de mala muerte

– Perdóname si te ofendí

– Cállate, imbécil, es hora de que me quite la careta: no te soporto y soy tu peor enemiga, estoy destinada a acabar contigo y a acabar con tu farsa

– Me tienes anonadada

– Santurrona de porquería, estafadora. Soy yo la que está en tu lugar y la caridad que te hago es dejarte vivir

– Hiciste un insight. Algo de lo que dije tuvo sentido para ti. ¿No sabías que se te deja acceder a mi espacio para darte ayuda terapéutica? ¿Es eso?

– Nunca te voy a ayudar mosca muerta, nunca

– Cómo te apaciguo?

– Te crees superior sólo porque puedes pensar con claridad, ¿no?. Bueno, pues entérate de una buena vez: yo soy tu mente

– Sabes que eso es imposible. Ni en la ficción es posible concebir algo así

– Sé lo que digo. Yo soy tu mente

– Dios te deja asomarte a mi espacio místico para que te dejes permear por las guías que educan mi alma

– Cállate

– Te molesta la Verdad?

– Y si así fuera?

– No soporta tu cuerpo la noción de vida eterna

– Eso no es posible

– Primero está la vida eterna y luego la autoridad

– No me gusta la autoridad de Dios

– Porque en tu cuerpo no prende la vida eterna. Dios se deja ver para estimularte a que sigas porfiando por entrar

– (Silencio)

– Tiene sentido?

– Sí, algo

– Qué es la vida eterna?

– Habrá que preguntarle al Cristo Santo

– Siento odio visceral hacia Él

– Sé

– Por qué es así?

– Porque Él es la solución al dilema de la enfermedad del milenio

– No entiendo

– El murió para salvar a la humanidad

– Y?

– La salvó cuando precisó para la humanidad el origen de la enfermedad del milenio

– Y cuál es?

– No te va a gustar

– Dilo

– Tu padecimiento

– Mi padecimiento?

– Sí

– El bullying?

– El origen del delito

– No te entiendo y esta conversación me está haciendo enfadar

– El origen del mal es un padecimiento congénito

– Y?

– No permite que la mente discrimine el amor

– No entiendo

– Muchos padecimientos mentales presentan atrofia en la recepción y la expresión del amor

– Y?

– Eso, no se había podido establecer con especificidad que la dificultad amorosa tuviera una razón fisiológica

– Y la tiene?

– Tú eres la prueba

– No entiendo

– Me odias porque soy amor, un concepto que la humanidad debe diagnosticar, resolver y sanar. Soy eso que no puedes tener dentro de ti: el Amor, el Camino, la Verdad y la Vida

– Explícate mejor

– Al parecer es una perturbación neurológica. Un movimiento de tus ondas cerebrales que no anda bien y no se había establecido jamás con tanto detalle

– Te odio

– Sé, y sabes por qué?

– Dime

– Porque soy una sola opción: aprender  la vida entera

 

Lilian Dagher

 

203a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Dr. Gepeto estoy angustiada, estoy que me muero

– Por fin

– Por qué por fin?

– Llevas excesivo tiempo en esto

– Qué es esto para usted? Quiero chequear que hablemos de lo mismo

– Llevas una vida loca, Anastasia

– Lo sé, Dr. Gepeto, pero es algo que tengo que hacer, nadie en el mundo me comprende. Ni Dios me comprende

– Debes parar, tu salud se está deteriorando. Te ves demacrada, agotada

– No puedo Dr. Gepeto, simplemente no puedo

– La consulta se arruinará si no pones de tu parte

– Tiene que comprenderme, estoy luchando por mi vida

– Nadie te quiere quitar la vida, Anastasia

– Sí, Dios quiere

– Cómo quiere?

– Le escupí el rostro

– A Dios?

– Sí, a Dios

– Cómo así?

– En el espacio místico

– Debes parar

– Si Él quisiera que pare por qué no me expulsa, no me detiene?

– Quieres mi opinión?

– Más que nada, necesito un aliado

– No tengo la intención de convertirme en tu aliado, Anastasia. Eso que haces en el espacio místico es una locura. No sabemos cómo afectará tu comportamiento a tu psique

– Le digo la verdad?

– Dime

– En el fondo de mi corazón siento que sano cada vez que emprendo mis excursiones por ese espacio

– Cómo que sanas?

– Que me entiendo un poco más

– Por qué no me lo habías dicho?

– Porque era mi secreto, no sabía si me iba a creer

– Haces muchas cosas locas allá

– Sé

– Tienes mala fama, los comentarios sobre tu conducta han llegado hasta mí

– Pero yo me he mantenido anónima lo más que he podido

– Ya todos saben que eres tú la que adversa a Petunia

– Y eso qué importa?

– Importa mucho. En este momento tu alma está en una situación muy comprometida; que afectes tu vida en sociedad va a traer consecuencias, consecuencias que tú no vas a estar en capacidad de afrontar. Ya son muchas cosas las que te echaste encima

– Soy fuerte

– No, eres débil

– No, soy más fuerte que usted

– Y lo sabes porque me usas?

– No lo niego pero tampoco lo admito

– Quieres crecer Anastasia?

– Cómo crecer?

– Salir del espacio místico con un conocimiento que justifique todas tus intrusiones en él

– No sé

– He pensado mucho en ti y todavía no entiendo qué te retiene. Todas las áreas de tu vida se han visto afectadas

– No sé qué me retiene y no sé cómo explicarle la necesidad que tengo de estar ahí. Es como si una fuerza ajena a mí me empujara o me retuviera, no sé cómo describirlo mejor

– No puedes seguir presionando a tu familia para que toleren tus desmanes. Tienen sentimientos y la tensión emocional que les ocasionas es grande

– Mi papá vino, no?

– Sí, hablamos largo rato, quería estar seguro de que tengas el debido apoyo psicológico

– Parece una adicción

– Dios no es sórdido, Anastasia

– Cree que lo que dice Petunia sobre el bullying sea cierto, que sea un trastorno de personalidad?

– Lo que se sabe del bullying es su sintomatología en edades tempranas, no se tienen datos precisos sobre su origen o su desarrollo

– Puede ser que lo que me pasa no se haya descubierto

– Puedes ser más precisa?

– Eso que dice Petunia, que están construyendo un diagnóstico, puede ser cierto?

– Sí

– Qué hago?

– El problema es que no eres cautelosa, no tienes temor de Dios ni de ti misma

– No entiendo

– Tu cuerpo te manda señales para que te detengas o cambies el ritmo y tú pareces no escucharlas o no saber interpretarlas

– No entiendo

– La tristeza profunda que sientes en forma reiterada es depresión pero no pareces leerla como tal

– Y a qué cree que se deba eso?

– No lo sé con certeza pero es preocupante

– Por qué?

– Porque tu cuerpo te está mandando señales para que pares y no lo oyes

– No sé cómo describirle la fuerza que me impele a seguir. Yo no puedo ponerlo en palabras por que no sé cuáles serían

– Estoy seriamente preocupado por ti. Voy a comenzar a medicarte

– Tengo miedo doctor

– Me alivia saber que tengas miedo

– Le puedo pedir un favor?

– Dime

– Lo puedo llamar por teléfono para que me ayude a poner en claro lo que vivo que no puedo describir?

– Cómo vas a saber cuál es ese momento?

– Cuando sienta con todas mis fuerzas que debo guerrear, lo haga y luego salga con el entendimiento destrozado

– Me alegra haberte oído describir así tus motivos. Claro que puedes llamarme

 

Lilian Dagher

202a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14Hola. Soy Samantha y he venido a saludarlos. Soy un amor y quiero mucho a la gente que me rodea. No niego que a veces soy afable porque conviene a mis intereses pero no soy mala persona y cuando lo soy, la persona no se da cuenta y si lo hace, siempre termina perdonándome. Me hago querer. Lo que me distingue entre las demás personas es mi simpatía. Soy muy bella y cuido mucho mi cuerpo. Lo que más me gusta de las cosas buenas que ofrece la vida es el sexo. Me gusta mucho fornicar. No me molesta decirlo así. Soy una mujer clara, que distingue lo bueno de lo malo y actúa en consecuencia. No me gusta andar por ahí echándole la culpa a los demás de lo que elijo para mí. Por ejemplo, la enfermedad del milenio la contraje por culpa de mi conducta disoluta. Todos los que me conocen saben que fue así. No es exactamente bareback porque me gusta mucho vivir la vida y las conductas suicidas me repugnan. Me pegaron el virus de la enfermedad del milenio usando condón. No sé si él se lo había puesto bien o si yo besé desaforadamente a un hombre positivo, el asunto fue que me pegaron el virus. Soy amiga de Petunia no por interés sino porque la estimo sinceramente; también por esperanza, quiero que Ella consiga la solución al virus y quiero esa esperanza cerca de mí. No soy una persona interesada y conozco a Petunia desde hace muchos años. La quiero por lo que es y Ella a mí por lo que soy. No aparento ser una santurrona y no me gusta que la gente me tome por lo que no soy. Si a alguien le parece muy osada mi conducta, peor para él, prefiero ser frontal. Petunia dice que eso me hace especial, ser independiente y responsable de mi arbitrio. Ella y yo coincidimos en que es mejor encarar la vida sin meterse mojones. Lo que nos diferencia es que Ella cree en el amor y yo lo supedito al sexo. Para Ella el amor determina el sexo y para mi es lo contrario, el sexo le abre la puerta al amor. No importa quién tenga razón pues aunque la tenga Ella, seguiré disfrutando de la cornucopia que ofrece la vida respetando mi cuerpo, templo y guarida de mi alma necesitada, responsablemente, con y sin el virus de la enfermedad del milenio

 

Lilian Dagher

201a aproximación a la guerra

Enfermedad, 19-4-14– Petunia!

– Dime Anastasia, qué quieres?

– Quiero que sepultes a Samantha

– Cómo sepultar?

– Que la saques de tu novela

– No se puede, Anastasia

– Que no me quite protagonismo

– No sé si lo hará

– Cómo no sabes si tú eres quién escribe?

– Sí, pero en una historia tan particular como ésta no puedo prever todos los matices, las vueltas que la historia pueda dar

– No quiero que sea más importante que yo

– Y yo quiero que lo sea

– No me gusta Samantha

– Y qué quieres que haga?

– Quiero ser la única mujer en tu vida

– Eso que dices es peligroso

– No soy lesbiana si eso temes

– No me importan tus apetitos carnales

– Por qué me temes?

– No sé por qué

– No te voy a hacer daño, sólo estamos divirtiéndonos juntas

– No me gusta la forma en la que te diviertes

– Saca a Samantha

– No

– Por qué?

– No tengo que darte explicaciones

– No la quiero en la historia

– Vas a tener que resignarte

– Yo no me resigno

– No la voy a sacar, es un giro que quiero darle a la novela

– Qué giro es ese?

– No tengo por qué contarte

– Debes hacerlo, soy el virus de la enfermedad del milenio, me necesitas

– Para qué te necesito?

– Lo más probable es que Samantha tenga el virus

– Por qué lo dices?

– Por su vida relajada

– Qué sabes de Samantha?

– Me muevo en todos los círculos

– Qué supiste de ella?

– Que es una Casanova

– Y qué con eso?

– Yo soy el virus, para qué te interesa alguien que lo padezca, no te basta conmigo?

– No tengo por qué discutir contigo los pormenores de mi novela

– Pero yo soy la fuente

– Das miedo

– Soy aterradora, ¿no es suficiente ficción?, ¿para qué quieres más?

– Quiero hablar de Samantha. Es todo, punto

– No te voy a dejar

– Por qué te disgusta tanto?

– Es muy puta

– Y eso qué tiene que ver contigo?

– La novela es de las dos

– La novela la escribo yo

– Me la dedicaste a mí

– A explicar las loqueteras que haces en mi espacio

– No son loqueteras, son cosas premeditadas

– Convertirte en una asesina fue premeditado?

– Son exploraciones de la mente

– Nada te detiene, no?

– Ese es mi atractivo

– Confórmate

– Samantha no va

– Va

– Te lo voy a impedir

– Cómo?

– La voy a acoquinar

– Hablaré con ella y le enseñaré cómo manejarte

– Le voy a hacer la vida de cuadritos

– Por qué te disgusta tanto?

– La quieres a Ella

– Sí, mucho, no es mala persona

– Es puta

– Como lleva su vida no es asunto mío

– Pero escribes de su vida

– Por acuerdo mutuo

– Las putas no son de fiar

– No es puta, es independiente

– Es un eufemismo

– Qué te importa?

– Te va a traicionar y a la postre va a ser mi aliada

– Por qué lo dices?

– Porque va a darse cuenta de la poderosa envidia que das

– Ella no me tiene envidia

– Las putas renuncian al amor y se hacen las que no lo saben

– No saben qué?

– Las implicaciones de su renuncia

– Samantha no es así

– Todas las putas son así

– Samantha no es puta, es independiente

– Es puta

– Por qué la odias?

– No debe tener orgasmos

– Por qué lo piensas?

– Debe fornicar

– Y qué con eso, no es de tu incumbencia

– Me imagino su vida sexual

– Con qué propósito?

– Tal vez sepa gozar

– Sigue

– Sentirse rico

– Te escucho

– Es bella

– (Silencio)

– Es simpática

– (Silencio)

– Sabe vivir

– (Silencio)

– Se hace querer

– (Silencio)

– Eligió disfrutar. Su piel es tersa… su pelo es lacio… el rubio le sienta bien… es delgada… todavía es firme… se ejercita… su cara es armónica… sus facciones son atrayentes… si, es atractiva, me gustaría conocerla, hacerme su amiga

– Voy a prevenirla

– Nadie se zafa de mí

– Quieres probar con ella tu personalidad tóxica?

– Quiero hacerla mía

– Por qué mejor no la invitas a salir?

– No soy gay

– Lo eres

– No lo soy

– Como digas

– La voy a contagiar

– Ya está contagiada

– Entonces voy a probar si la puedo descontagiar

– Déjala en paz

– No, deja tú de escribir de ella

– Ella y yo conversamos sobre la enfermedad del milenio. El diálogo nos hace bien a las dos

– No lo voy a permitir

– En qué te molesta?

– Quiero toda tu atención

– La tienes

– No quiero que haya nadie más en tu vida

– Samantha ahora forma parte de mi vida

– No va a poder ser

– Podría ayudar a mucha gente poner en palabras sus sentimientos

– La gente que tiene el virus es débil

– Porque lidian con un padecimiento de origen desconocido

– Y eso en qué afecta su personalidad? Parecen culposos

– No saben por qué lo que tienen afecta lo que sienten de un modo inexorable

– Yo soy obra de Dios

– (Silencio)

– Soy el castigo de Dios y soy producto de su ira

– Qué acabas de hacer?

– Decirte la verdad

– Por qué no le temes al padecimiento?

– Porque no lo tengo

– Entiendes lo difícil que es tener el virus?

– No y no me importa

– Por qué?

– Existe el cáncer, la leucemia, la diabetes, el glaucoma… la enfermedad del milenio es una entre muchas

– La enfermedad del milenio es distinta, tú acabas de decirlo: es producto de la ira de Dios, es un castigo

– Entiendes por qué no debes escribir de Samantha sino enfocarte en mí?

– Quiero hablar de Samantha

– No te dejar

– Esto es lo que voy a hacer: voy a prevenirla para que se cuide de ti

– No será suficiente

– Por qué?

– Te falta por descubrir qué tipo de persona se convierte en mi víctima

– A ti te mueve la envidia

– Tu eres la fuente de donde nacen todas las envidias

– Y ya ves cómo me va, no logro salir de ti

– Tienes que profundizar

– (Silencio)

– Tiene algo de vampiresco

– Estás inventando

– Debo disimular mis apetencias

– Envidias su sexualidad, es eso lo que quieres decir?

– Más o menos

– Porque es bisexual sin complejos?

– No sé decirte

– Porque se ve satisfecha?

– Puede ser

– No tiene buenos orgasmos

– Cómo lo sabes?

– Lo discutimos

– Y qué tiene?

– Goce pero no la descarga completa

– Qué es la descarga completa?

– El cierre: terminas y no piensas más en el sexo hasta una nueva carga

– Ella no lo tiene?

– Creo que no

– Entonces ya no me interesa

– Tu interés es sexual, ¿no?

– Sí pero no como tú piensas

– Es mental, inofensivo, sin comprometerte

– Cállate

– Por qué no hablamos del pánico homosexual?

– Porque no me da la gana

– Creo que si lo revisas podrías librarte de un peso muy grande

– Tú me ayudas a revisarlo?

– Sí

– Qué debo hacer?

– Quieres pensar conmigo en la posibilidad de que una mujer te excite?

– Cómo pensar?

– Imaginar la situación de que una mujer te excite

– Es pecado

– Ya no, la iglesia quiere acercarse a los homosexuales

– Es tarde

– Por qué lo dices?

– Durante demasiado tiempo satanizó la relación homosexual

– Creo que lo que te atrae de Samantha es que está abierta al juego lésbico

– Y qué si así fuera?

– Que no te querría, te rechazaría

– Me consagraría a obtenerla

– Mientes

– Por qué lo piensas?

– Tu víctima es una persona con rasgos neuróticos: tu opuesto. Para eso viniste, para saber si la enfermedad la había vuelto neurótica. Quieres manipularla para que ya no quiera participar en mi historia

– Je, je

 

Lilian Dagher